Día 1: Comenzar no es cosa fácil
Al fín, tras mucho ahorrar y pasar frío y fame, los dos valientes jóvenes deciden (con un empujoncín de Ivan) realizar los trámites para adentrarse en el mundo de la pesca submarina.
La verdad es que les costó decidir dónde íban a comprar la equipación, muchas vueltas al tema para acabar en la tienda de Kike; Ivan les había hablado bien de Kike, la cercanía y las ganas de comprar el equipo cuanto antes hicieron el resto; la verdad es que hizo un buen precio por comprar todo lo indispensable, aunque a los estudiantes cualquier número de 3 cifras les parece elevado.
Ahora sí que había ganas de ir, pero faltaba una cosa importante... la licencia!; más dinero pero que merecía la pena, el seguro ya lo tenían en el bolsillo y tras pagarlo todo y tener la documentación necesaria sólo faltaban dos cosas... sacar tiempo los 3 para ir juntos... y lo único que no dependía de ellos... el clima.